El Chispazo

Un instante de revelación íntima todo mundo lo ha sentido alguna vez en su vida. Ese momento fugaz de claridad, esa repentina comprensión que ilumina la oscuridad de nuestra alma, es una experiencia humana poco frecuente, pero que avivada debidamente tiene el poder de originar cambios importantes en nuestra vida. 

No tiene que ver con el pensar, sino más bien con el sentir. Hay que tratar de capturar la esencia de este fenómeno, cuando está presente, esa chispa que enciende la mente y revela verdades ocultas. Se manifiesta en la vida cotidiana, en esos instantes en que una idea, una imagen o una sensación nos golpea con una fuerza inusitada, desvelando una conexión inesperada o una comprensión profunda. 

Es un momento de revelación en medio de la banalidad cotidiana, que no debe perturbarse con el razonamiento, porque si en ese instante pensamos, entonces lo perdemos. 

Cuando en el alma la chispa de un instante revelador se enciende, un eco de lo desconocido, un susurro íntimo, entonces el mundo se transforma. Es una experiencia que nos invita a abrirnos a nuevas posibilidades. Tiene el sabor de la verdad, sabemos que así es.

Debemos cultivar la atención plena, a estar presentes en el momento y a abrirnos a la posibilidad de la revelación, sabiendo que el próximo sentimiento de "un no se que" podría estar a la vuelta de la esquina. 

Pero siempre, algo se interpone entre nosotros y esa voz secreta, esa corazonada inicial, ese anhelo íntimo. Quizás una banalidad: la belleza efímera de un objeto, el placer fugaz de un sabor, la compañía de un amigo. Estas distracciones, aunque carentes de trascendencia, poseen la fuerza suficiente para extinguir la inquietud espiritual, el anhelo profundo, la tenue luz de la intuición que nos rozó por un momento. 

"Desafortunadamente las gentes tienen el centro magnético de gravedad en la personalidad, en el café, en la cantina, en los negocios del banco, en la casa de citas o en la plaza de mercado, etc.

Para que haya inquietud espiritual continua se requiere pasar el centro magnético de gravedad a la esencia, a la conciencia."

Si no hubiéramos silenciado esa llamada interior, habríamos encontrado nuestro propósito y nuestro camino en la vida.